lunes, 26 de noviembre de 2012

LA FORTUNA


LA FORTUNA

                        CUENTO

Hay personas a los que se aficionan tanto con el deporte, que lo practican tanto con el afán de convertirse en un determinado momento en los mejores de su genero, que hasta en su sueño se ven disfrutando de la gloria. Otros, a los que les atrae el baile, entre los humos de sus pensamientos

se desplazan en grandes salones con unas vestimentas de época. Los hay más, que tienen por la comida un infinito placer encontrando en cada platillo una exquisitez inmoderada, ya sea por que huele bien, por que esta realizado con los ingredientes que le atraen, porque tiene buena presentación y es agradable a la vista, es decir, el motivo que sea es bueno para practicar la gula y lo hacen de manera desmedida y con ansiedad en un hábito difícil de contener. Podría mencionar diferentes tipos de individuos, que adquieren manías, o costumbres nacidas por las ambiciones o deseos personales, pero para no abrumar al lector con detalles que corresponden a los aspectos clásicos de la psicología, que los definen como "individuos con características especiales" , los cuales actúan por medio de un "patrón" que puede ser provocado y surgir en cualquier instante de la vida, y que empieza a regir en toda la actividad del transcurrir del tiempo.

    Las deficiencias, las abundancias, las tolerancias, o incluso los deseos internos de alguna necesidad producen los efectos contrarios a lo que podría considerarse "normal" al común de las personas.Discúlpenme esta breve alocución ,pues en lo que sigue van a encontrar la justificación con hechos de mi propia vida. No se de donde haya salido, ni en que momento se ha presentado pero siempre he sido un apasionado a los juegos de azar, unas veces con buena suerte y otras con muy mala y despiadada suerte, pero puedo decir que siempre lo he disfrutado, elevándome a estados de éxtasis espiritual , ustedes no pueden imaginar ese placer que siento con los dados, las cartas, las carreras de caballos, las peleas de gallos, la ruleta, etc. o en todo juego donde se pueda apostar y poner en la balanza la suerte.

    Esto desde luego me produjo problemas, pues si bien es cierto que mis padres me heredaron una buena fortuna, también es cierto que ese maldito hábito me fue arrastrando a la peor de las miserias. Mi esposa y mis hijos terminaron por abandonarme al convencerse que me había vuelto un desobligado, cosa que no les reprocho, ya que mi deseo por apostar era mas grande que el sentimiento de afecto y eso me llevaba a lo absurdo.

   Una tarde salia del Casino, después de perder casi literalmente hasta la camisa, y como era natural caminaba sin rumbo con la vista baja, abatido, con todos los sueños y las esperanzas acabadas, la única salida que encontraba era el suicidio que aparecía en mi mente como una solución. Un puente cercano era la meta que la mente encontraba. Nadie podía imaginar la emocion que sentía al estar frente a una mesa donde los dados eran el objeto donde apostar, o bien observar extasiado como gira la ruleta, es algo que podría llamarse "Elevación al infinito" ya que el efecto que me produce es algo indescriptible, los ojos permanecen fijos en la ruleta con un efecto hipnótico, los latidos del corazón se aceleran, la temperatura interior empieza a brotar y la frente se perla de gotas frias. Cuando la ruleta se detiene la ansiedad crece, y el deseo oculto de querer mentalmente mover la bola de la ruleta o el dado al cual se ha apostado, incita, Todos los sentidos están puestos en el resultado y la emoción que se vive es indescriptible. Como les decía, aquella tarde caminaba derrotado hacia el final de mi vida

y la única salida era la muerte. Por ese desesperante deseo de jugar y no tener los medios habia llegado a cometer atrocidades, me metia a las casas a sacar algo de valor para poder seguir jugando, arrebate bolsos de mano  a mujeres que se descuidaban, es decir, aunque me daba cuenta de los malos

hábitos adquiridos , no podía contener esa ansiedad. Me había acercado al lugar de mi destino final, sobre el puente observé la profundidad de las aguas que corrían a lo lejos, la caída sería mortal. En ese instante se me venían pensamientos de mi pasado y recordé que siempre me gusto el juego de apuesta, hasta en las cosas mas simples y siempre había algo donde la suerte se pusiera en juego, sin importarme nada , ni nadie. Practiqué todas las formas de juegos conocidos, jugué al tanteo, al color, al deseo,por afinidad con el numero de nacimiento, por sistema, por cálculo, es decir, no hubo una forma o sistema que no hubiera practicado, y siempre con los mismos resultados, perdiendo.

     Así fue como me volví un experto en el juego y podía percibir hasta los movimientos de engranes o el rozar de los ejes de la ruleta. ya estaba al punto de la desesperación y a punto de lanzarme al vacio cuando escuche una voz a mis espaladas, al voltear vi al hombre por primera vez, era  de esos tipos que da la impresion de haberlos visto en alguna parte y que sin embargo es la primera vez que se trata. el rostro era sereno, calmado, con voz grabe , agradable.

        -¿no me recuerdas , Ubertíno Hernández..?. sorprendiéndome que supiera mi nombre.

        -¡No..!- le respondí, mas en defensa que por darle plática.

        - Estuve sentado frente a ti mientras jugabas- dijo suavemente.

         Traté de hacer memoria y me pareció que efectivamente  lo había visto, incluso tuve la impresión

de que en cada apuesta que hacia el hombre sonreía, mientras yo perdía todo, me pareció que hasta llegué a juzgarlo como un tipo de mala suerte para mi.

          -Tengo un método que nunca falla- dijo de pronto.

           Recordando que había perdido todo y que pretendía suicidarme, le contesté molesto

           -Se viene a burlar de mi.., ¡váyase al diablo..! no tengo ni polvo en los bolsillos, así que usted y su método ya sabe...-

           ´-¿Ya buscó en su bolsillo trasero- dijo Sereno sin hacer caso de lo que le decía

           Cómo autómata me llevé la mano.

           -¡ Maldición..!- grité- ¡Efectivamente , tengo un billete..! ¿Usted como lo sabe..?-

           - Se muchas cosas.. ¿Le interesa conocer mi método..?

         Con un billete en la mano, cualquier método que hiciera  saltar las bancas me servía,  asi que lo escuché y con una sencillez pasmosa me explicó, y aun por no dejar debería probar y apresurado regresé al casino y a la mesa de juego. Todo el éxtasis me volvió a llenar el cuerpo y¡Gané..! seguí jugando y gané y no hubo juego de aquel casino que no me produjera  dinero.En mi entusiasmo por jugar me olvidé de aquel hombre, lo buscaba con la vista para agradecerle. Me retiré del casino y ya pensaba que recuperaría a mi mujer, a mis hijos y hasta compraría casa, coche, saldría de aquel cuarto insano donde vivía  y que era lo único que quedaba de valor.

       De pronto unos golpes terribles en la puerta y una voz molesta

       -¡Ubértino Hernández..,abra la puerta..!-

       Desperté,- ¡Oh, Dios mio..!- Era un sueño, contemple la miseria que me rodeaba y abri la puerta.

        -Ahí estaba aquel hombre, venía por mi, venía por mi último hurto, era el policía de barrio.



JESUS ALBO

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