martes, 29 de enero de 2013

EL GRAN AMOR


EL GRAN AMOR
                  CUENTO
                   A la poeta Colombiana
                    Ana Lucia Montoya Rendón.
            
   Quienes la contemplaban necesariamente tenían que reconocer que era hermosa. Quienes la conocieron
no dejaban de comentar de su belleza, un cuerpo exquisito, siempre limpia, con una tersura de su voz que era un encanto
tan asi que me sentía orgulloso de su presencia. La primera vez que nos encontramos fue en ese jardín donde  concentrado leía las páginas de un diario, pero cuando levante la vista la ví. Como si un efecto hipnotico me hubiera invadido no le quité la vista.
  He de reconocer que soy una persona muy especial y después de tanto tiempo de permanecer soltero, la única preocupación o mejor dicho , manía que tenia era salir a caminar, sentarme en una de las bancas del parque y ponerme a leer, eso lo hacia tan cotidianamente que se había vuelto una costumbre, así que aquella tarde quede sorprendido al mirarla. Mas sorprendido quedé cuando sin mas la vi que se dirigía hacia donde me encontraba. No puedo negar que me quede petrificado, cuanta belleza caminaba hacia  mi y yo que algunas veces veía a algunas damas pasar por los andadores de los jardines  y no lo puedo negar me llamaban la atención, pero ahora era todo diferente, su mirada era triste , señal de que sufría, y en cuanto estuvo cerca aun tembloroso le hablé o mas bien le susurré, le dije unas palabras tiernas y ella parece  que en su sufrimiento así lo entendió.
    Tengo que reconocer que pasaron unos minutos contemplándonos ambos, quizás ella percibía mi soledad y yo entendía lo que ella necesitaba, el caso es que ella necesitaba cariño y yo se lo brindé necesitaba ternura y en mi la encontró, es decir encontró el afecto y el cariño conmigo, y lo mejor de todo es que correspondió y la sentía agradecida y siempre trato de halagarme, de complacerme. Los mas mínimos detalles ella los apreciaba. Muchas veces acariciaba su cabeza y se adormecía, era maravilloso sentirse amado . Cuando estábamos solos le pedía que cantara, porque reconocía que su voz era melodiosa, alegre y ella correspondía con su canto que me llenaba de placer. .Soñaba    que
la dicha quien sabe de donde había venido pero que ya estaba conmigo.
     Sin embargo, no todo resulta ser tan bello como uno piensa, y menos cuando en otros surge la ambición y el deseo de poseer . Descubrí desde la ventana que a otros también les había llamado la atención y la vigilaban, no pueden imaginarse la ira que sentí al sentir que algo que estaba cuidando con tanto esmero alguien pretendiera arrebatármela
sentí que cuando no estaba la acosaban, sin poder descubrir que pretendían me pareció que yo como su protector debería actuar y siempre salí al encuentro enfrentando a esos acosadores, unas veces lanzando maldiciones y otras
arrojando objetos que los hicieran desistir y se dieran cuenta que como hombre los enfrentaría siempre, sin medir las consecuencias. Observé que me tenían temor y sabían que podía dejar escapar mis instintos bestiales.
       Por amenazas no quedaba, habia acudido a todo un repertorio para finalizar
         -¡ Malditos.. no quiero verlos por aquí.., les pesará..!-
   Unos días parece que entendieron porque no los volví a ver y cuando menos eso me tranquilizó. Despues pensé que al que observaban era a mi, veían ocultos en las esquinas mis movimientos, y en los descuidos pasaban su mirada sobre ella, se les veía un deseo extraño diferente.
          Algunas veces al regresar de mi trabajo y hablar con ella, aunque aparentaba una calma poco común, descubrí que estaba nerviosa, sus ojos de tristeza estaban mas tristes, y nunca quise preguntar o mas bien averiguar sobre su pasado, solo sabía que correspondía a mi cariño, sin embargo, una honda tristeza se había apoderado de ella, sentía que lloraba, o al menos eso pensaba, la veía alejada, aislada, que cró que iba a enfermar.
       Por fortuna, en ese tiempo estuve de vacaciones y me dedique a tratar de hacerla feliz y se recuperó volviendo a ser la misma alegre y cariñosa.
       El lunes siguiente me dirigí a mi trabajo y la verdad que no pude estar tranquilo, pensaba en ella, la tenia en mi mente, cuando le insistía que cantara para mi, su canto se volvió triste, como si presintiera que algo nos separaría, pero al verla así la consolé preguntándole -¿Qué te pasa preciosa..? mas ella  solo agachaba la vista para mirar el suelo.
      Lo irremediable tenía que suceder, yo como hombre que siempre había vivido solo, con ella encontré el complemento a mi soledad y ella encontró en mi lo que se resume con una palabra: "Amor.."
      Entendía que nuestros caracteres eran distintos antes de conocernos, pero algo surgió y yo solo vivia para ella y en correspondencia ella me amaba.
      El lunes desayunamos, platicamos y llegó el momento de irme a trabajar, asi que acariciándole su cabeza  le di el adiós, Sus ojos llenos de belleza se entristecieron mientras le prometía regresar pronto con ella  y no ir como otras veces a tomar la cerveza a un bar, con los amigos, vi sus ojos con deseos de llorar y asi me marché, con el corazón compungido, triste. Pero antes , para alegrarla le había comprado varias macetas con flores que deposite en el balcón, se veían bellas y con eso completaban la belleza de ella. Pasaron las horas con mi pensamiento puesto en llegar a la casa, donde sabia que me esperaba, mi corazón y mi alma pedían estar con ella. En cuanto llegué abrí la puerta  dirigiéndome hacia donde se encontraba, de pronto quede paralizado, frío, sin saber que hacer, casi a punto de desmayar.
   Reaccioné, ahí estaban ellos
     -Gato maldito..Suelta a mi pajarita..- grité, pero era inútil sangrando y sin soltarla corría sobre el balcón.

JESUS ALBO